Si de algo están de acuerdo los aficionados del Rayo es del nuevo ocupante del banquillo del equipo. El exfutbolista Miguel Angel Sánchez, Míchel, centrocampista del equipo madrileño durante 16 temporadas, hasta 2012, se convirtió en el nuevo entrenador en relevo de Rubén Baraja, destituido tras la mala racha de resultados. El que fuera canterano quiso plasmar en debut las ideas aprendidas de su etapa como ayudante de Paco Jémez en Primera. Así, sobre el césped del Coliseum Alfonso Pérez se vio a un equipo que buscó el balón para tener la posesión, quiso ser protagonista del juego y ejerció una presión alta tras las pérdidas de balón.
Un debut que pese a la buena imagen de los franjirrojos se saldó con una derrota por un gol de Chechu Dorado en propia puerta en el minuto 89. En la previa al encuentro se escucharon las palabras predisposición, intensidad, posesión y presión tras la pérdida. Un discurso que se mezcla con adjetivos como compromiso, actitud, valentía, coraje y nobleza. Las bases de su fútbol que tienen un punto común: la hinchada vallecana. Abonados, peñistas, socios o simplemente simpatizantes. Para ellos, para los valientes.