¿Quién era? Apodado como el ‘Príncipe’, Fernando Carlos Redondo fue uno de los mejores futbolistas de las décadas de los 90 y 2000. El exjugador de fútbol brilló como centrocampista en el campeonato de liga de nuestro país. Pero sus mayores éxitos los cosechó con el Real Madrid donde desplegó un juego con un fuerte carácter ofensivo. Y es que en el equipo blanco logró seis títulos, entre ellos dos Copas de Europa.
¿Dónde empezó? Desde muy niño tuvo pasión por el fútbol y jugó en diversos equipos de su Buenos Aires natal, hasta que debutó como profesional, y con tan solo 16 años, en el Argentinos Juniors.
En 1990 aterriza en España, concretamente en CD Tenerife, equipo con el que comenzó su meteórica carrera en la liga española. En este Club coincidió con Valdano como entrenador, y ambos participaron en las dos ligas consecutivas perdidas por el Real Madrid en Tenerife. Precisamente Valdano se convertiría después en su principal valedor de cara a su fichaje por el Real Madrid.
Tras su paso por el Club blanco, Redondo se fue al Milán donde no pudo demostrar su gran valía debido a sus recurrentes lesiones de rodilla. En 2004 puso definitivamente fin a su carrera como futbolista.
¿Por qué se le recuerda? Tanto en aquellos años como en la actualidad, a Redondo se le recuerda como un mediocentro defensivo con mucha clase en el campo de juego y por su gran compromiso con la defensa. Además, poseía una gran calidad técnica y una gran capacidad de recuperación.
¿Qué hace en la actualidad? El pasado mes de febrero, Fernando Redondo fue presentado en Buenos Aires como nuevo embajador de LaLiga. Así, el exjugador madridista se ha convertido en la imagen del campeonato español en Argentina, función que también compaginará a nivel global a través de su participación en eventos de la entidad por todo el mundo.
¿Sabías qué? Redondo lucía una peculiar media melena que pasó a formar parte de su personalidad. Se dice que en su día Passarella, seleccionador del equipo nacional argentino, no le convocó al negarse a acudir con pelo corto, por lo visto requisito indispensable para el entonces entrenador.