La paradoja del Submarino Amarillo

Cádiz C.F.

Aficionados del Cádiz CF celebran un gol en el Ramón de Carranza.
En el Ramón de Carranza, cada fin de semana, los aficionados demuestra su amor por los colores del Cádiz. | @AficionCadiz

Dicen que en Cádiz no trabaja nadie, pero los obreros sudan gota día tras día en los astilleros; que viven por y para el carnaval, pero diez días no son un año; y que el gadita peca de mirarse el ombligo, pero ahí está, sobreviviendo. Y es que en la Tacita de Plata otro estilo de vida, otra forma de pensar y otro carácter son posibles.

Buena cuenta de ello da el equipo de la ciudad. Los futbolistas están de dulce, el Ramón de Carranza es una fiesta y los aficionados han creado un estilo propio, una forma de vivir el fútbol más parecida a los hinchas suramericanos. Por ello, que la masa social del Submarino Amarillo sea una de las más numerosas de España no es nuevo.

De sobra conocido es el apoyo de la grada al conjunto gaditano en sus años más oscuros en Segunda División B. Con todo, el ascenso a Segunda División iba a corresponder con un aumento considerable del número de seguidores, como así ha sido. En total 50 peñas federadas, número que convierten a la entidad en la tercera con más peñistas de la categoría, solo por detrás del Zaragoza y del Oviedo.

Y es que a pesar de que el Cádiz es un recién ascendido, sus aficionados siguen demostrando que son de una división superior. Asimismo, hay que recordar que los precios de los abonos están entre los más baratos de la categoría, detalle que también ayuda a aumentar la masa social. Una buena estrategia que ha surtido efecto, hasta tal punto que clubes de primera como el Granada, el Málaga, el Eibar, Las Palmas, el Villarreal y el Leganés se sitúan tras ellos en cuanto a número de peñas federadas.