Misma pasión, colores rivales

Cordialidad rival

Todos los aficionados a unos colores, en este caso de un equipo de fútbol, tenemos una pasión que nos une. Una victoria puede animarnos un día gris y en muchas ocasiones, aunque no nos gusta reconocerlo, ese día nos lo alegra la derrota del “eterno rival”. Cada equipo tiene su particular “enemigo” en el campo de fútbol, ese partido tan esperado por los aficionados que se vive con una emoción especial y por el que los nervios afloran durante varios días.
En ocasiones nos encontramos con que tenemos a la afición rival más cerca de lo que nos gustaría en ese momento, cuando tu pareja, amigo, hermano, hijo… esa noche no estará de acuerdo contigo y vuestros deseos serán muy distintos. Esta rivalidad puede ser muy divertida siempre que se enfrente de forma cordial ya que le da un punto de emoción muy interesante al partido, aunque uno de los dos acabará el día con más ganas de celebración que el otro.
Al fin y al cabo, el fútbol es un deporte en el cuál hay que saber tanto ganar como perder y a lo largo de los años los peñistas y aficionados nos han demostrado que la cordialidad ante el rival, incluso en partidos de alta tensión, por lo que se juega en él o por el contrincante (en ocasiones se juntan los dos factores), es posible y es la mejor forma para afrontar estas jornadas y seguir disfrutando del fútbol que es la pasión que nos une.
El 16 de abril de 2014 pudimos vivir una apasionante final de Copa del Rey en Valencia en la cual se disputaban el título el Barcelona y Real Madrid. Todos sabemos cómo terminó el encuentro. Sin embargo en este vídeo, minutos antes de la celebración del partido, podemos ver cómo aficionados merengues y culés pasaban los últimos momentos de tensión y nervios en total armonía. Y lo más importante, fuera cual fuese el resultado final, saldrían del estadio juntos, aunque seguramente con estados de ánimo muy diferentes.

Lo importante es disfrutar del espectáculo que nos ofrece el fútbol, vivir la emoción especial que nos ofrece este tipo de partidos entre eternos rivales acompañados de amigos y seres queridos que sienten la misma devoción por este deporte, aunque nos encontremos con sentimientos enfrentados cuando el balón se cuela por la portería.