Cada vez que hay una cita importante en Vigo, la grada de Balaídos responde para intentar llevar en volandas a sus futbolistas. Equipo y afición son uno, hay comunión. Porque la ciudad olívica rezuma ilusión después de tres finales perdidas, después de muchas lágrimas derramadas. Y es que, tras el último partido de Copa, tanto seguidores como jugadores están convencidos de que, una vez tumbado un gigante como el Real Madrid, nadie podrá con ellos. El pueblo está entregado a la causa y en la ría pintan copas.
Vamosssss EQUIPO!!!!!!!! Esta victoria es para vosotros, los aficionados! Que grande sois! A por la proxima!!!! #halacelta #semifinaldecopa pic.twitter.com/ULblmIeiWx
— GIUSEPPE ROSSI (@GiuseppeRossi22) 25 de enero de 2017
Bengalas, bufandas y mucho entusiasmo fueron tendencia. Los aficionados celtistas participaron de primera mano y la `Gran Quedada´ fue el punto de partida. La excusa perfecta para que las peñas se reunieran en las inmediaciones del estadio para entrar al unísono con el himno a capela surgiendo de sus gargantas. Así, el encuentro comenzó en desigualdad desde el minuto 1, jugaba la grada. El resultado final fue lo de menos (o no) porque para la eternidad queda un feudo de humildes y valientes que apoyaron a David frente Goliat y que encontró en las imágenes del club el mejor de los agradecimientos.