Granada educa su fútbol base

El Granada CF a través de la Escuela GCF dio una charla sobre los valores del deporte, la formación y el futuro, dando importancia a la lectura y la prevención de la violencia en y a través del fútbol.

El fútbol, por desgracia, mantiene una larga y turbia relación con la violencia. Una conexión que ha estado de actualidad en las últimas semanas por culpa de personas capaces de convertir un evento deportivo en el escenario de una pelea. Demasiados han sido los ejemplos. Una lacra contra la que diferentes clubes de la geografía española han decidido luchar mediante iniciativas que fomenten los valores positivos del deporte. Esta vez le tocó el turno al Granada CF y a la Escuela GCF, que habló de deporte, formación y futuro en la Biblioteca Pública del Estado.

Comportamiento positivo

Se hizo dando importancia a la lectura y la prevención de la violencia en y a través del mismo fútbol. “No sólo se trata de que los niños se diviertan jugando sino de intentar que, con la ayuda de los padres en casa y de los maestros en el colegio, intentar hacerles mejores personas”, comenta Manolo Lucena, director de la Escuela que cumple se segundo año de funcionamiento.

Desde el Área de Desarrollo Emocional profundizan en esta senda con la organización de acciones que fomentan un modelo de comportamiento positivo constructivo. En estas actividades se apuesta por la transmisión de valores mediante dinámicas, talleres y charlas con los padres. Para la próxima temporada se prevé la creación de un aula para padres/tutores de deportistas jóvenes.

También se trabaja el perfil de quienes representan al club como responsables de los diferentes equipos. En esa línea se desarrolla un programa formativo que realiza un perfil del entrenador de la Escuela. Todos los técnicos se ajustarán al ideal con un enfoque formativo y educador. “Será una herramienta muy útil para prevenir todos esos episodios de violencia que suceden cada fin de semana”, apunta Yeray González, la psicóloga responsable de este departamento.

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De joven jugaba al fútbol sin cansarme demasiado porque por las noches me sacaba el graduado. En la ciudad de Marbella crecía y vivía sin hacer mucho caso de la climatología. Sin comerlo ni beberlo llegue a Valladolid donde en periodista allí yo me convertí. Punto y aparte, me busqué las habichuelas en una lluviosa Londres y volví a Madrid para llegar a ser consultor, creativo y diseñador. Sobrevivo como soldado de fortuna en esta web.