Javier Torres Gómez nació en Madrid pero hizo carrera en Valladolid. El futbolista, tras su retirada, pasó a ser coordinador de la cantera del Real Valladolid, segundo entrenador del primer equipo e incluso llegó a dirigir el filial blanquivioleta durante tres temporadas. Le gustaba el fútbol formativo. Un gusanillo que el exlateral derecho mató con el proyecto «Escuela de Padres Fútbol Base» y que culmina con la presentación de Escuela de padres en el fútbol base, queremos prevenir la violencia en el fútbol, un manual para evitar la violencia en el fútbol base.
Los recientes episodios de violencia entre padres de jóvenes futbolistas y su repercusión mediática dan mayor protagonismo al proyecto pero, según explican en declaraciones a El Norte de Castilla, no pretenden educar, sino sensibilizar. Se trata de dar respuesta a la demanda de los padres que durante meses han participado en la Escuela de Padres que dirige el propio jugador y que ha utilizado como banco de pruebas en los más de cuarenta talleres celebrados en la Escuela del Real Valladolid, dirigida por el también exfutbolista Alberto Marcos.
La misión que plantea Torres Gómez es conseguir que los padres se pregunten si su conducta es la más adecuada en este deporte, si están ayudando a su hijo o si su manera de comunicar es la correcta. Todo con un único objetivo: la educación futbolística y la prevención de la violencia.
Escuela de Padres
Se trata de una iniciativa impulsada por la Federación de Castilla y León que pretende evitar que los progenitores sometan a presión a sus hijos y otras actitudes reprochables. Los progenitores, advierten, no deben ser un elemento desequilibrante en el proceso de iniciación deportiva de sus hijos, sino «los verdaderos inductores del ambiente que propicie el desarrollo integral de sus hijos brindando su apoyo y comprensión».
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