El Nàstic recibió la visita del CF Reus en el Nou Estadi en un derbi catalán en el que ambos conjuntos llegaban en plena lucha por mantener la categoría y con sus respectivas aficiones volcadas para la ocasión. En las taquillas se colgó el cartel de no hay billetes y las gradas del estadio grana mostraron un ambiente festivo que se inició en los aledaños, donde los aficionados del Nàstic acudieron a la llamada que hizo la Federación de Peñas para recibir el autobús de los jugadores.
Paellada en la previa
Antes de empezar el partido, las peñas realizaron una comida previa en la que degustaron una paella. Una vez finalizada, peñistas y demás aficionados se dirigieron a los alrededores del estadio donde recibieron calurosamente a los suyos para llevarlos en volandas hasta el césped. Con el pitido inicial se pudieron ver mensajes de apoyo y un bonito mosaico que vistió de gala la cita.
Derrota inesperada
La derrota en casa ante un rival directo fue un duro golpe para los incondicionales que se desplazaron hasta el Nou Estadi. A pesar de ello y de lo que el resultado significa para el futuro más próximo del conjunto de Juan Merino, los aficionados granas volvieron a esperar fuera del estadio para despedir a sus futbolistas y animarlos en este tramo final de la competición.
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