Sisplau, un ghanés del Girona

El Girona FC ascendió a Primera División tras una temporada exitosa. En las gradas de Montilivi, Effah Kingsford, alias el Sisplau, un aficionado ghanes del equipo catalán se atribuye parte del éxito.

Si España tiene a Manolo, el del Bombo, Girona tiene también un hincha muy particular que da calor a las gradas de Montilivi. Es Effah Kingsford, alias el Sisplau, un aficionado de origen ghanés que se ha convertido en el mejor animador del equipo de Pablo Machín a lo largo de esta temporada. Y así, ni corto ni perezoso, Effah afirma que «el Girona ya es de Primera en parte por mí».

«Sisplau, si todos animamos guanyarem. Aquest any toca subir a Primera», afirmaba Effah. No le faltaba razón, los gironistas lograron la machada y este peculiar seguidor del conjunto catalán se paseará a partir del próximo mes de agosto por lo mejores estadios de la liga de las estrellas. Mientras, en casa seguirá con su particular ritual, el de salir a la zona de Gol Norte con el partido ya empezado para generar mayor expectación. Y es que cuando falla el Sisplau la grada murmura, se duerme, languidece. ¿Dónde está? Se preguntan. Hasta que aparecen junto a su inseparable tambor. Entonces todo fluye.

Historia de superación

Su historia es curiosa. Llegó en patera a Fuerteventura en el año 2002, después de 17 horas en el mar y muchas penalidades en el Sahara. Desde allí voló a Madrid y tiempo después se fue a Girona, donde se asentó definitivamente. Allí se enganchó al fútbol durante un partido contra el Numancia y, causalidades del destino, como no paraba de animar el club le invitó a volver. Han pasado los años desde esa anécdota y ahora el Sisplau tiene su carnet de socio y es miembro de la Penya Saltenca. Cabe recordar que llegó a ser imagen de la campaña de abonos de la temporada 2012/13.

¿Por qué el Sisplau?

El origen de su apodo se debe a que siempre pedía apoyo educadamente con un sisplau (por favor en catalán). Por entonces, el bueno de Effah apenas hablaba castellano y mucho menos catalán. Es decir, su «sisplau, apoyen al club» fue lo primero que aprendió a decir en catalán para pedir al público que por favor animara.



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De joven jugaba al fútbol sin cansarme demasiado porque por las noches me sacaba el graduado. En la ciudad de Marbella crecía y vivía sin hacer mucho caso de la climatología. Sin comerlo ni beberlo llegue a Valladolid donde en periodista allí yo me convertí. Punto y aparte, me busqué las habichuelas en una lluviosa Londres y volví a Madrid para llegar a ser consultor, creativo y diseñador. Sobrevivo como soldado de fortuna en esta web.