Pocas estrellas del fútbol han llegado a sentir el cariño de la afición como lo sintió Enrique Castro, Quini. El asturiano, que despertaba su magia en el Sporting de Gijón en 1968, fue una de las figuras más importantes del fútbol entre las décadas de los 70 y 80. Un delantero, goleador con pocos toques, famoso por sus palancas al rematar de cabeza que se ganó el apodo de «El Brujo» debido a los aciertos en las predicciones de los resultados de varios partidos.
Sportinguista toda su trayectoria a excepción de cuatro años en el FC Barcelona, club en el que conseguía dos Copas del Rey en las temporadas de 1980/1981 y 1982/1983, una Recopa de Europa, 1981/1982, una Copa de la Liga, 1982/1983, y una Supercopa en 1983. Fue además internacional en 35 ocasiones, disputando los Mundiales de Argentina en 1978 y España en 1982, además de la Eurocopa de Italia de 1980, y recibió el Trofeo Pichichi en siete ocasiones distintas.
Pero tal vez el hecho que más ha marcado su vida no tiene nada que ver con el ámbito deportivo. Nada más llegar a Barcelona, el 1 de marzo de 1981, Quini es secuestrado por dos delincuentes comunes sin antecedentes y retenido en un zulo de Zaragoza, suceso que contuvo el aliento a todo el país durante 25 largos días. Cuando fue liberado decidió no presentar cargos y absolver a sus secuestradores, rechazando además el dinero de su indemnización.
En 1984 volvía al equipo rojiblanco, para retirarse oficialmente el 14 de junio de 1987, en un último partido contra el FC Barcelona, con 448 partidos y 219 goles sobre sus hombros.
Desde entonces, se dedicó en cuerpo y alma a su Sporting como delegado y responsable de Relaciones Internacionales del club. Pero ayer, martes 27 de febrero, mientras regresaba a su domicilio en Gijón, su magia se extinguió a causa de un infarto agudo de miocardio a los 68 años. Su rastro ha dejado huella en la historia del fútbol español, con una sombra tan larga que no deja a nadie indiferente.
Nos deja un grande de España, una maravilla del deporte, una bellísima persona y un excelente compañero para todos los que hubieran podido compartir momentos con él.
Hoy en El Molinón se instalará una capilla ardiente desde las 12 horas del mediodía, para celebrar después una misa funeral a las 20 horas en el mismo estadio, que a partir de hoy llevará su nombre.
Desde Aficiones Unidas nos unimos al sentimiento que acompaña a todos sus familiares y compañeros por parte de la afición, no solo rojiblanca sino de todos los equipos españoles.
Descansa en paz Quini
Hasta siempre, brujo. pic.twitter.com/wlvNbVIOmr
— David Villa (@Guaje7Villa) 27 de febrero de 2018