Lo vivido en Girona el pasado fin de semana fue un ejemplo más de cómo debería ser siempre la convivencia entre aficiones rivales. El sábado 8 de febrero, en las horas previas al partido entre el Girona FC y la Sociedad Deportiva Huesca, se llevó a cabo un encuentro de hermandad entre las aficiones de ambos equipos. En cada visita de la hinchada rojiblanca a tierras oscenses el trato recibido ha sido inmejorable, así que la Federación de Peñas del Girona quiso asegurarse de que la estancia de sus amigos azulgranas en su ciudad fuera también lo más agradable posible.
El encuentro tuvo lugar en la Pizzería Krokers, sede de la Penya Paparres Gironins, que se esmeró la organización. Hacia las 11:30 de la mañana llegó el autobús de la Peña Fenómenos Oscenses con cincuenta seguidores a bordo. En total, más de un centenar de peñistas de ambos equipos compartieron mesa y mantel. Un animado almuerzo en el que no faltaron los himnos de ambos equipos y un momento dedicado a los parlamentos de bienvenida y agradecimiento.
Destacar también el intercambio de obsequios. Por parte visitante se regaló una placa con la imagen de la Catedral de San Lorenzo y dulces tradicionales. También faltó un recuerdo vinculado a la historia y la cultura catalanas: la peña anfitriona regaló a sus amigos oscenses una escultura de un castillo humano catalán (los típicos castellers) simbolizando que la unión hace la fuerza, también entre los aficionados al fútbol. La Penya Gironina contribuyó con una de sus bufandas, la Penya Immortal con ratafía y galletas de Santa Coloma de Farners así como con unas gorras personalizadas con la inscripción «Huesca y Girona, Primera División» y la Federación, en nombre de todas sus agrupaciones adscritas, con una placa conmemorativa de tan maravillosa jornada.