El Tottenham-Leipzig se detuvo durante medio minuto al inicio del segundo tiempo porque los aficionados alemanes protestaron por el precio de las entradas lanzando rollos de papel higiénico al césped. Mientras los jugadores limpiaban el campo, en el sector donde se encontraba la hinchada germana se exhibió una pancarta con el siguiente mensaje. «Levántate por un precio justo». El público del estadio se sumó a la protesta con un sonoro aplauso.
La reinvidicación de los aficionados alemanes no es nueva y a ella se han unido en otras ocasiones los supporters ingleses. La UEFA accedió el pasado verano a poner un tope al precio de las entradas para las aficiones visitantes: 70 euros en Champions y 45 euros en Europa League. Sin embargo, no se considera suficiente.
Durante los últimos años ha habido quejas dirigidas, en bastantes casos, a los clubes españoles en Champions. La pasada temporada, el Liverpool respondió a los altos precios puestos por el FC Barcelona (más de 100 euros), encareciendo sus entradas para los aficionados culés. Lo mismo hizo el Manchester United con el Sevilla cuando se encontraron en los octavos de final en 2018.
Las reclamaciones de alemanes e ingleses coinciden con las de Aficiones Unidas, que pelea por el establecimiento de un precio fijo y razonable para los seguidores foráneos. El trabajo de todas las federaciones ya ha dado algunos resultados muy gratificantes. Los presidentes del Athletic de Bilbao, la Real Sociedad el Osasuna, el Eibar y el Alavés firmaron un acuerdo en el que establecieron un precio de 25 euros para las entradas destinadas a la afición visitante en todos los encuentros que se disputaran esta temporada entre dichos equipos.
El objetivo de Aficiones Unidas es que este tipo de acuerdos se extiendan a todos clubes de la Liga, ya que unificar los precios para los seguidores visitantes por un importe razonable favorecerá la asistencia a los estadios y hará accesible el fútbol a todo tipo de bolsillos. De momento, se están dando pasos importantes. La pasada temporada, ya se consiguió que los equipos de la Comunidad Valenciana en Primera División alcanzaran un acuerdo por el que las entradas para los aficionados visitantes era de 15 euros.