Era un 14 de septiembre de 1941 cuando se celebró la inauguración oficial del Templo de los malaguistas, en un partido disputado entre el CD Málaga y el Sevilla FC y en el que la pequeña Lourdes Alonso, hija del alcalde Pedro Luis Alonso, realizó el saque de honor. El jugador sevillista Torrontegui fue el primero en lograr un gol en el nuevo estadio, que sustituía al vetusto campo de los Baños del Carmen. A la postre, el partido acabó con victoria local por 3-2.

A raíz de ahí, tantas historias llenas de, a veces alegría, otras veces tristeza, pero marcando a fuego un sentimiento difícil de explicar.

80 años dan para mucho, y, desde aquel 14 de septiembre, han pisado su césped infinidad de estrellas del balompié de la talla de Di Stefano, Pelé, Cruyff, Maradona y un sinfín de nombres del fútbol de todos los tiempos, y sobre todo el de Sebastián Viberti, ídolo del malaguismo, pasado, presente y futuro.

Como reza una estrofa del himno del Málaga: ‘Vamos a La Rosaleda, que es campo internacional’. Y sí, la mayoría de clubes importantes del mundo se daban cita en el mes de agosto para disputar el Trofeo Costa del Sol, sin duda uno de los más importantes que se celebraban en la geografía española.

Del mismo modo, la Selección Nacional de España jugó muchas veces sus encuentros y el culmen de la internacionalidad, fue la ser sede del Campeonato Mundial de Fútbol España 82 y la más importante para los malaguistas… la disputa de la Champions League y el sueño cumplido de escuchar su himno por la megafonía del estadio.

Resumir en unas líneas, todo lo que se ha vivido en Martiricos desde 1941 hasta hoy en día, es tarea difícil, porque se necesitarían muchos libros para contar la historia.

Deseamos con nuestro corazón blanquiazul, que La Rosaleda cumpla muchos años más y que estos nos deparen muchísimas alegrías. ¡Nos lo merecemos!