«Cuando se va acercando el final de temporada, cuando ya todos estamos nerviosos por ver cómo quedará nuestro equipo en la clasificación una vez la Liga termine, entre el mundo social perico hay siempre un rumor en el ambiente. Un xiuxiueig, que decimos en catalán, para saber más sobre el próximo Aplec de Penyes», aseguran desde la Federació Catalana de Penyes del RCD Espanyol de Barcelona.
Para aquellos que no lo sepan, el Aplec de Penyes del RCD Espanyol es la Fiesta Mayor del peñismo blanquiazul. Si bien la Gala de Penyes es un encuentro formal en el que se distinguen personalidades y se otorgan premios y galardones, el Aplec es la fiesta popular, la máxima expresión del mundo social perico en lo que concierne a las peñas.
Este encuentro tuvo su primera edición en febrero de 1991, aun cuando la Federació Catalana de Penyes no estaba constituida tal y como la conocemos hoy mismo. Ese primer Aplec de Penyes se celebró en la localidad de Pineda de Mar y tuvo su apogeo con la inauguración del monolito conmemorativo que luce en el paseo marítimo del municipio.
Desde entonces se han celebrado 30 ediciones del Aplec en 30 ciudades y pueblos distintos; desde en grandes ciudades como Barcelona, Santa Coloma de Gramenet y Hospitalet de Llobregat, hasta en pueblos pequeños como Gelida o Avià. También se han llevado a cabo fuera de Cataluña, como la edición de 1995, que se trasladó a Ibiza y contó con un recordado viaje en barco.
«Hoy nos encontramos ante la expectativa de qué nos traerá el nuevo Aplec de Penyes de este 2023, que se celebrará el próximo 11 de de junio en una ciudad tan bella y con tanta historia como es Tarragona; y organizado, claro está, por la peña local, la Penya Pericos de Tarragona. Los actos más tradicionales como el pregón, el pasacalles y la comida popular, se entrelazan siempre con actos modernos y rompedores, como el partido de hockey vivido en Reus en 2016 o las impresionantes infraestructuras de Codorniu disfrutadas en el Aplec de Sant Sadurní d’Anoia. ¡Nos vemos en Tarragona!».
Varios centenares de pericos – incluso más de un millar en alguna ocasión – se dan cita anualmente para disfrutar de un día de espanyolismo de a pie, una jornada que rebosa la alegría, la familiaridad, el altruismo y el orgullo que siempre irradian las peñas.