La afición del Mallorca se marchó de Sevilla con una mezcla de emociones tras la final de la Copa del Rey. Si bien la derrota en la tanda de penaltis dejó un sabor agridulce, la experiencia vivida en la ciudad hispalense ha servido para fortalecer la unión entre las dos aficiones y para alimentar la esperanza de un futuro brillante para el Club. En palabras de Tolo Barceló, Secretario de la Unió de Penyes Mallorquinistes “la afición del Mallorca, se siente muy orgullosa de su equipo y a la vuelta del partido les hemos recibido como campeones, en un acto presidio por muchas autoridades. Haber alcanzado la Final es todo un triunfo, independientemente del resultado”.
La afición mallorquinista demostró una vez más su fidelidad y pasión por el equipo. Más de 20.000 aficionados viajaron a Sevilla para animar al Club en el estadio de La Cartuja en una jornada histórica. Este viaje de encuentro, cuyos organizadores han destacado por su ambiente sano y festivo de ambos equipos, no estuvo exento de polémica, dada la marea roja del Athletic Club que ocupó alrededor del 70% de las plazas del estadio, incluso los destinados a los aficionados del Mallorca. Esta diferencia numérica lejos de desanimar a los seguidores, les hizo volcarse aún más con su equipo, cantándoles y animándoles durante todo el encuentro. Tolo Barceló ha declarado “Durante todo el partido se respiró un ambiente inmejorable, con presencia de un gran número de jóvenes y familias, que incluso en los momentos más difíciles, no dejó de creer en su equipo”.
A pesar de la derrota, la afición del Mallorca y el Club se marchó del estadio con la cabeza bien alta y con la certeza de que este ha sido el inicio de una nueva era para el club. El equipo realizó un trabajo magnífico, demostrando un gran nivel. Varios jugadores del Mallorca, agradecidos y muy unidos a su afición se acercaron al terminar el partido a la grada para saludar y agradecer el apoyo.
La Afición del Mallorca es el motor del Club, la que siempre anima y apoya al equipo tanto en los buenos como en los malos momentos. Es la que hace que el Mallorca sea un club especial y lejos de desanimarse ya están pensando en un futuro lleno de alegrías.
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