De aquella Málaga abandonada a su suerte durante los años 80 queda poco o nada. La población saludó el nuevo siglo experimentando un fuerte crecimiento económico y una oferta cultural sustentada, entre otros muchos pilares, con la creación del Museo Picasso, el Thyssen, el CAC, la ampliación del puerto y la llegada del AVE. Casi nada.
Una evolución espectacular que ha dado como resultado una ciudad con numerosos lugares interesantes para visitar y repleta de suculentas propuestas gastronómicas. Características que Sandro Ramírez, delantero del conjunto andaluz, conoce muy bien. Al canario, como todo hijo de vecino, le gusta pasear por su ciudad pero hasta ahora no había disfrutado de una visita guiada por el centro.
Día del malaguista
Por ello, con motivo del #DíaDelMalaguista, celebrado tras el agridulce debut de Míchel en La Rosaleda, el delantero ha disfrutado de un paseo acompañado de un abonado de la entidad, que le mostró más a fondo la historia de la ciudad en la que vive. Un agradable itinerario en el que contemplaron la belleza del Castillo de Gibralfaro y el casco histórico, en el que visitaron el Teatro Romano, La Catedral y calle Larios, puntos clave de la localidad.