Alemania: ha vuelto el fútbol, pero se echa en falta a los aficionados

Los jugadores del Dortmund se ejecitan antes del partido. CORDON PRESS

El fútbol regresó en Alemania 66 días después y sólo se echó de menos al público. En los estadios sólo se permitió el acceso a las poco más de doscientas personas que son necesarias para la celebración de cada partido y su retransmisión televisiva (sólo se autorizó la presencia de un máximo de diez periodistas en cada campo).

En líneas generales, se cumplieron estrictamente las medidas de seguridad y los entrenadores no tuvieron que llevar mascarillas después de que la Bundesliga los liberara de esta obligación ayer viernes, siempre y cuando mantuvieran la distancia de seguridad, 1’5 metros con respecto a sus asistentes en el banquillo. Algunos técnicos se habían quejado de su imposición al entender que no les permitía hacer su trabajo correctamente.

Tampoco se dieron los tradicionales apretones de manos entre los capitanes o los abrazos para celebrar los goles, y los jugadores suplentes se ubicaron en las gradas respetando el metro y medio de separación. Los titulares sustituidos debieron ponerse mascarillas antes de sentarse en el banquillo. También los recogepelotas se vieron afectados por las medidas de seguridad: su número se redujo a cuatro por partido.

Los balones fueron desinfectados antes del partido y en algunas de las interrupciones del juego. Lo que no se llevó a rajatabla fue la utilización de botellas personalizadas para cada futbolista, así como la recomendación de los equipos no abandonaran al mismo tiempo los terrenos de juego. Valga como anécdota el olvido de Jadon Sancho (Dortmund), que chocó la mano de su compañero Hazard cuando ingresó en el campo.

La experiencia del fútbol alemán es una guía para el resto de ligas que están pendientes de retomar la competición. La actividad se ha reanudado en el fútbol de élite, pero la normalidad no será completa hasta que los aficionados no ocupen su lugar en las gradas. Y lo mismo piensan los jugadores. Los del Dortmund, después de vencer por 4-0 al Schalke, se dirigieron al fondo donde habitualmente celebran sus victorias con la afición y repitieron los saludos acostumbrados ante la grada vacía.