La fecha de oro del CD Lugo

El pasado 24 de junio, el conjunto albivermello celebró el 9º aniversario de su segundo ascenso histórico a Segunda División. Una categoría que, a pesar de las dificultades, ha conseguido mantener durante todo este tiempo.

El estadio Ramón de Carranza fue testigo de una de las grandes gestas que siempre recordarán los aficionados lucenses. Un calurosísimo domingo de verano en un estadio a medio llenar debido a las obras de remodelación que se estaban llevando a cabo, un grupo de 500 lucenses cruzó la península para asistir a un partido que se preveía cómodo a priori, pero que tornó en un drama para ambos bandos.  Ese 24 de junio, curiosamente, se celebraba una de las grandes fiestas del verano: el Arde Lucus, fiesta de exaltación de los orígenes romanos de la ciudad. Este hecho propició un ambiente festivo que se concentró en una plaza de Augas Férreas llena hasta la bandera con 6.000 personas viendo el encuentro en una pantalla gigante.

El CD Lugo venía con una renta de 3-1 del partido de ida, un encuentro que vino marcado por la polémica arbitral surgida por discutibles decisiones en dos goles gallegos. Toda la semana previa se fue calentando todavía más por las declaraciones de los protagonistas y el partido se convirtió en una final de alto voltaje que empezó a decantarse muy pronto para el Cádiz. Fue un tempranero gol respondido inmediatamente por Claudio Monti, que llevó el empate a uno con el que se llegó al final de la primera parte.

Se las prometían muy felices los lucenses durante el tiempo de descanso, sentimiento que cambió rápidamente al marcar en el primer minuto de la segunda parte e igualar posteriormente la eliminatoria en el minuto 64’. El físico, tanto en el campo como en la grada, empezó a pasar factura a todos los implicados y se llegó finalmente a una prórroga dramática que pudo decantar el ascenso para cualquiera de los dos lados. Pero, como buen thriller, el desenlace vino a última hora con una tanda de penaltis no apta para cardíacos en la que el portero, Miguel Escalona, con sus paradas y Manu Rodríguez Morgade, por meter el penalti definitivo, ascendieron a mitos albivermellos para siempre. La gran obra de Quique Setién se hizo realidad colocando a un club modesto como el Lugo dentro del fútbol profesional español.

La Federación de Peñas del CD Lugo señala que “ese hito, a pesar de los designios del actual propietario del club y del cúmulo de decisiones rocambolescas tomadas en los últimos años, permanece en el tiempo”.

El milagro de la salvación del 2020 con remontada incluida en el último partido contra el Mirandés en el Anxo Carro pareció algo fácil comparada con la de esta última temporada, cuatro puntos por debajo de la salvación a falta de cuatro jornadas, en las que el Lugo consiguió sumar 10 de los 12 puntos posibles.

“Semejantes situaciones en las que vemos todo perdido dan todavía más valor a aquel 24 de junio de 2012, en la que los Héroes del Carranza consiguieron situar al CD Lugo en el mapa futbolístico nacional y a nosotros, los aficionados rojiblancos, nos han hecho poder disfrutar durante todos estos años del fútbol de élite. Nueve años después, todavía capitaneados por Carlos Pita y Fernando Seoane, dos de los futbolistas más importantes en la historia de nuestro club”, Federación de Peñas del CD Lugo.