El mes de abril en la Primera División del fútbol español nos ha traído dos enfrentamientos consecutivos con los equipos catalanes de la categoría, con el Girona como especial protagonista.
Los rojiblancos recibieron el día 1 al Espanyol en Montilivi y, para darle el máximo realce a la ocasión, la Federación de Peñas del Girona, la Federación Catalana de Peñas del RCD Espanyol y Aficiones Unidas ofrecieron su colaboración al encuentro organizado por la Peña Immortal Girona y la Peña Blanc-i-Blava de Girona 2007 en la sede de la primera, que tenía como plato fuerte la presentación del libro “El cáncer, partido a partido” de Robert Hernando, ex consejero del Espanyol, peñista y gran aficionado al fútbol. Le acompañaron sus amigos Tomás Guasch Jr., Joan López Alegre y Paqui Badosa, de la Fundación Oncolliga Girona, con emotivas palabras que unidas a las de los representantes de los peñistas completaron un acto en el que se conjugó el deseo de hacer lo más cordial posible la no siempre fácil relación entre clubes “vecinos” con la concienciación de la necesidad de apoyar la investigación contra esta enfermedad, a quienes la padecen y a sus familias. Acabada la presentación, los asistentes pudieron disfrutar de un aperitivo de hermandad en el exterior del local antes de desplazarse al estadio para ver a sus futbolistas favoritos en acción.
El 10 de abril, Lunes de Pascua, les tocó a los gerundenses visitar el Spotify Camp Nou para enfrentarse al Barcelona. La Confederación Mundial de Peñas del FC Barcelona recibió en su sede, situada frente al coliseo azulgrana, a una delegación de la Federación de Peñas del Girona FC encabezada por su presidente Cristóbal Sánchez. Además de la compañía de diversos presidentes de federaciones territoriales de peñas barcelonistas, los asistentes contaron con la presencia de Jorge Guerrero, presidente de Aficiones Unidas, que no quiso perderse la recepción tras la experiencia del partido de la primera vuelta en Gerona, en el que se celebró un coloquio sobre la afición en el fútbol actual en el que también partició. Hubo intercambio de obsequios entre ambos bandos y muchas ganas de disfrutar del espectáculo que en pocos minutos les iban a ofrecer sus equipos.
Más allá de los resultados, el gran triunfador de estos partidos entre el equipo gerundense y los dos clásicos de la Ciudad Condal fue la voluntad de aparcar diferencias y hacer de la afición al fútbol algo que una a las personas con independencia de los colores. Los peñistas del Girona, Espanyol y Barcelona demostraron que continuarán enarbolando la bandera de la concordia que promueve Aficiones Unidas, por más que algunos de esos que tenemos en todos los clubes intenten empañar estos partidos que la proximidad geográfica hace tan bonitos.