Boquerones rumbo a Leganés

El Málaga CF ha recibido 1.000 peticiones de entradas para Leganés. No se descarta que haya malaguistas que viajen sin entrada y adquieran las que los pepineros pondrán a la venta en Butarque.

Lo dice Camacho: «Vestuario y afición tenemos que seguir unidos». Y así, como si nada aluvión de peticiones malaguistas, hasta un millar, para hacerse con una de las 202 entradas disponibles para la afición visitante para presenciar el próximo partido que enfrentará a los boquerones contra el Leganés (domingo, 12.00) en Butarque. Los andaluces quieren ver una victoria de los suyos, pero ojo, el cuadro pepinero está muy flamenco, sobre todo tras el empate cosechado en Sevilla, con el que dieron un paso adelante hacia la permanencia en Primera.

El estadio madrileño, con capacidad para 11.000 personas, no da para más. Una pena que sufrirán al menos 800 malagueños que se quedarán con las ganas. De momento, los papelitos solo estarán a disposición de abonados y peñistas de la entidad malacitana. Así, el club repartirá 94 para viajes particulares de abonados, otras 100 para peñas, que fletarán dos autobuses; y ocho más para la Peña Boquerones que tiene su sede en Madrid.

Alternativas

En estos momentos, los malaguistas que quieran acudir al partido tienen varias opciones. En primer lugar, los abonados que hayan solicitado su entrada al Málaga deberán esperar a que el club publique quiénes han sido los afortunados que podrán adquirir esos 202 pases. Si no hay suerte, está la opción de comprar entradas directamente en la tienda oficial del Leganés, situada en el Estadio Municipal Butarque, que está abierta de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas. Quedan menos de 400 pases para el duelo del domingo, tal y como ha confirmado el club madrileño, y los precios son los siguientes: 15 euros en los Fondos (norte y sur), 20 euros en Lateral y 30 euros en Tribuna Baja.

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De joven jugaba al fútbol sin cansarme demasiado porque por las noches me sacaba el graduado. En la ciudad de Marbella crecía y vivía sin hacer mucho caso de la climatología. Sin comerlo ni beberlo llegue a Valladolid donde en periodista allí yo me convertí. Punto y aparte, me busqué las habichuelas en una lluviosa Londres y volví a Madrid para llegar a ser consultor, creativo y diseñador. Sobrevivo como soldado de fortuna en esta web.