El coleccionista de camisetas

Isaac Moledo es, presumiblemente, el aficionado con mayor número de camisetas del RC Celta. Posee auténticas joyas como la mal serigrafiada del israelí Haim Revivo o la del debut de Borja Oubiña.

La historia de un club la cosen año tras año y patada a patada los futbolistas que visten sus colores. A través de sus gestas sobre el verde la afición ensalza su figura y convierte ese trozo de tela que cubre sus torsos en un trofeo muy preciado. Historia dunha paixón comienza en Londres, en el pintoresco barrio de Camden Town, por culpa de una camiseta olívica de Mazinho que Isaac Moledo, el mayor coleccionista de camisetas del Celta de Vigo, ya guardaba como un pequeño tesoro.

En total, unas 250 camisetas descansan en la alacena de este aficionado. Un muestrario del que ha rescatado 10 por su valor sentimental: una camiseta con la que Mazinho jugó ante el Aston Villa en Balaídos; una de Revivo cuando no se conocía bien su nombre y durante unos partidos jugó como ‘Vivo’; otra de un joven Aspas que fue convocado con el primer equipo con el 31 a la espalda…

Hay de todo, como en botica. No faltan clásicas como las del Flaco Gil o Vlado Gudelj; de luchadores como Josema; rarezas como la de Rubén Blanco; o míticas como las de Karpin y Mostovoi, «el mejor jugador que ha vestido esta camiseta». Una colección que el porpio Isaac reconoce que no tiene fin y que guarda un lugar especial para la elástica con la que Oubiña debutó en el Celta, un «caballero tanto dentro como fuera del terreno de juego».